Ya tenemos un aerógrafo en nuestras manos, hacía tiempo que teníamos ganas de tener uno y por fín llego el día. Nos falta tiempo de ponernos a probarlo, pero cuando lo hacemos la realidad nos golpea, el aerógrafo se atasca, no fluye la pintura de forma homogénea, y eso en el mejor de los casos, a veces no podemos empezar porque para ello necesitamos conexiones para conectar al compresor que no tenemos y empiezan los quebraderos de cabeza, esos que hacen que nos desanimemos y termine nuestro aerógrafo olvidado en un cajón.

No nos engañemos, el aerógrafo no es una varita mágica que solo con accionarla vamos a obtener resultados increibles, es una técnica que requiere de ciertos conocimientos y que como todo, la constancia y la práctica hará que consigamos dominar. Para que nos nos ocurra esto y empecemos a pintar con ganas con nuestro nuevo aerógrafo, voy a enumerar 5 problemas comunes que tienen solución y que de alguna manera hemos sufrido todos cuando empezamos con esta técnica.
- Paso más tiempo limpiando el aerógrafo que pintando: Es la sensación que tenemos cuando nos disponemos a pasar una jornada pintando, limpiamos cuando cambiamos de color y cuando finalizamos, el problema viene cuando aparecen errores de trazo constantemente, muchos en parte por falta de conocimiento o por desajustes de la herramienta.
- Conocimientos de dibujo, pintura, color, mecánica y fontanería: No os asutéis, no es necesario conocer el funcionamiento interno de un compresor como si fuéramos un mecánico, simplemente con seguir las indicaciones de uso y mantenimiento es suficiente. Tampoco es necesario saber de reducciones que precisamos para conectar el aerógrafo a la manguera y al compresor, aunque cuando empezamos con esta técnica podemos sorprendernos en tiendas de suministros industriales preguntando ¿como conecto esta rosca a esta manguera para pintar? La aerografía es una técnica
- Dificultad en el uso del aerógrafo: Cuando pintamos con un aerógrafo por primera vez, tenemos una sensación de no tener el control, sujetamos el aerógrafo a pulso, con un dedo tenemos que pulsar para abajo el gatillo para accionar el aire, a su vez tiramos para atrás para abrir el flujo de pintura, todo esto sin posarnos en la superficie, al final estamos más pendiente de nuestra mano que de la pintura que rociamos. No hay que preocuparse, es como cuando conducimos por primera vez, a base de práctica lo haremos de forma natural disfrutando del proceso.
- Querer obtener resultados rápidos: No hay atajos, ni trucos ni caminos rápidos que nos hagan adquirir destreza en el trazo, para ello debemos pasar por el aro y realizar muchos ejercicios básicos, estos nos haran soltar la mano, agilizar el trazo y conseguir pulso.
- Rotura de piezas: Es importante cuando elegimos un aerógrafo optar por la opción que tengan repuestos y recambios, la aguja, la boquilla son piezas delicadas que se suelen deteriorar por el uso continuado, por más que tengamos cuidado.