100 metros de valla que recorren las instalaciones del I.E.S. Ramón y Cajal de Valladolid, es el cuarto mural que firmo en este instituto, con lo cual debo decir que me siento como en casa.
La superficie de la valla es de ladrillo caravista, con el cemento hundido por el paso de los años, no permite grandes detalles, por ello planteé un diseño basado en un patrón formado con formas de colores, y sobre esas formas una serie de ilustraciones y unas palabras escritas de manera caligráfica.
El punto fuerte lo he situado en la entrada del instituto, es la parte principal por donde pasa todo el alumnado y he desarrollado ese mismo sistema gráfico por todo el recorrido de la valla, permitiéndome ciertas licencias.
El resultado es un mural tremendamente alegre, muy vistoso y con un aire fresco y juvenil.
El cambio es grande, la valla estaba bastante envejecida por el paso del tiempo.
Se tuvo que eliminar el musgo con una Kärcher, que dejó la superficie bastante limpia.
Para fijar la superficie y que la pintura no tuviera diferentes absorciones entre el cemento y el ladrillo, apliqué una imprimación transparente, de esta manera sellaba y fijaba el parámetro.
Por último, dos manos de pintura plástica de exterior.
El trabajo que vino después, fue laborioso, dado que la superficie no es lisa resulta costoso realizar hasta una línea recta, con muchos metros de cinta y mucha paciencia me puse a la tarea de crear formas.
Aquí es cuando me arrepiento y sufro, por hacer diseños en ordenador sin pensar demasiado en la tarea, pero no lo pienso demasiado y continúo, el resultado merece la pena.
Como buen pintor, llevo siempre cualquier color, eso ya lo he aprendido.
Finalmente, con aerógrafo y a mano alzada, pinté diferentes ilustraciones que consideraba que podían quedar bien.
He incluido una serie de palabras sacadas de un video corporativo del centro.
El mural no solamente decora y visibiliza el centro, es un paseo donde recorres colores, formas, ilustraciones y palabras que trasmiten buen rollo.