No todo va a ser aerografía, a veces es saludable hacer otras disciplinas, es por ello por lo que acepté este encargo, se tarataba de cubrir una columna que había en el centro de la sala y convertirlo en un árbol. Para algo me tenía que servir haber estudiado escultura. Y aquí está el resultado, un árbol que parece plantado dentro de la sala principal de una guardería.
Tengo documentado el proceso que a continuación os muestro.
La columna en cuestión era esta.
Con malla gallinero, la cubrí, e hice la forma cilíndrica propia del tronco, el mallazo es la estructura que da forma y volumen al árbol, con lo cual es importante dedicar tiempo a este paso.
Coloqué unas cuantas ramas atadas al techo, con los paragüas que se utilizan para colgar lámparas.
Una vez finalizada la estructura, es tiempo para recubrir con masa, en este caso lo hice con escayola y esparto, el esparto es una fibra natural, que colocada en la direción correcta nos da la sensación de veta, ya que se queda registrada dicha fibra.
Además se agarra perfectamente en el mallazo.
De esta manera y poco a poco, poniéndome perdido de escayola, fuí recubriendo todo el volumen.
Una vez seco, es tiempo de aplicar pintura, pinté con diferentes tonalidades para que el tronco luciera lo más real posible.
Finalmente puse las hojas, son hojas de plástico, las presenté en la base, para repartirlas y distribuirlas por igual.
Y las fuí colocando haciendo la copa del árbol.
Coloqué unas casetas de pájaros y algún nido.
Y este es el resultado final, es un trabajo que he disfrutado mucho.